Cada invierno, el Parque Nacional Yosemite en California presenta un espectacular fenómeno natural llamado “cascada de fuego”, que ilumina los acantilados de granito con tonos vibrantes. El parque alberga un ecosistema diverso, que incluye cientos de especies y fascinantes maravillas naturales, como imponentes monolitos de granito, valles profundos, antiguas secuoyas gigantes y numerosas cascadas. Entre las más de 25 cascadas del parque destaca una: Horsetail Fall. Una vez al año, en perfectas condiciones, esta cascada se transforma en una impresionante exhibición que se asemeja a una cascada de fuego.
Horsetail Fall es una cascada estacional ubicada en el Parque Nacional Yosemite que se alimenta del deshielo. Está situado en el lado este de El Capitán, un monolito de granito, y cae en cascada durante los meses de invierno y principios de primavera. Con una altura de alrededor de 1550 pies, es una de las cascadas más altas de Yosemite y consta de dos arroyos separados.
Sin embargo, en condiciones específicas (donde hay nevadas adecuadas, temperaturas cálidas, un cielo despejado y la luz del sol incide sobre la caída en un cierto ángulo), el agua adquiere la apariencia de lava que fluye y crea un fenómeno sorprendente conocido como “caída de fuego”. Desafortunadamente, la popularidad de este evento ha causado daños a la delicada vegetación local y ha llevado al cierre de algunos de los mejores lugares de observación por parte del Servicio de Parques Nacionales.
El término “caída de fuego” se originó a partir de un evento de verano que comenzó en 1872, cuando se derramaron montones de brasas desde la cima de Glacier Point hacia el valle, creando una espectacular caída de fuego. Aunque esta vista era popular entre los turistas, representaba un importante riesgo de incendio, lo que llevó al Servicio de Parques Nacionales a poner fin al incendio de Yosemite en 1968.
No obstante, el impresionante resplandor rojo de Horsetail Fall todavía se puede observar hoy sin poner en peligro la increíble reserva natural que es Yosemite. Si las condiciones son adecuadas, el sol tiñe el agua de un color rojo intenso, creando una pintoresca cascada que atrae a visitantes de todo el mundo.