Los perros son seres verdaderamente extraordinarios, famosos por su lealtad inquebrantable y su naturaleza afable. Poseen un talento innato para forjar conexiones con las personas, incluso con aquellas que inicialmente pueden acercarse a ellos con vacilación o aprensión. Ofrecer uno o dos obsequios simples suele ser la clave para captar su afecto.
Sin embargo, la base del cariño de un perro por un humano se basa en la confianza, muy parecido al vínculo que se forma cuando te encuentras regularmente con el perro de tu vecino y te detienes para compartir una palmadita amistosa en la cabeza.
En nuestro barrio vive una perra especialmente afable llamada Lily. Su dueño, Ishaan Chatterjee, la considera afectuosamente su mejor amiga, plenamente consciente de que Lily también tiene un amplio círculo de mejores amigos. Es imposible pasar por alto sus exuberantes saludos a casi todos los que pasan por allí. Con el comportamiento cálido y abierto de Lily, es casi inevitable que cualquiera que se detenga a saludar rápidamente se convierta rápidamente en amigo de este encantador canino.