Las acciones de algunas personas hacia los animales hablan mucho sobre nuestra humanidad, y en esta ocasión, un perrito sufrió la maldad de quien decidió apartarlo de cualquier ayuda, utilizando un argumento bastante bajo. Solo ese gesto hizo que el animal quedara aislado, como si fuera un ser peligroso.
El pequeño animal, con solo 10 meses de edad, vivía en un remoto pueblo de Bulgaria, y alguien sin corazón decidió atarlo con una cadena a un viejo y oxidado remolque.
Lo peor del asunto es que esa persona argumentó que el perrito sufría de una enfermedad altamente contagiosa, solo con la intención de evitar cualquier tipo de ayuda para el can.
Sin duda, fue un acto bajo y cruel.
El perrito pasó varios días padeciendo en esas condiciones hasta que los voluntarios de la organización benéfica Rudozem Street Dog Rescue fueron a ayudarlo.
Un vecino que se compadeció de la situación del can decidió reportarlo, sabiendo que en ese refugio se encargaban de brindar apoyo a los animales necesitados.
Esa llamada salvó la vida del peludo.
El perrito en cuestión se llama Duke y fue un verdadero valiente al soportar la situación tan desalentadora, aunque sus esperanzas estaban casi agotadas en el momento en que llegaron los rescatistas.
Según comentó Tony Rowles, cofundador de la organización, Duke estaba rodeado de moscas, ya que dormía prácticamente sobre sus propias heces.
Así se mantuvo el peludo durante días.
La cadena con la que dejaron a Duke era muy corta, así que el animalito estaba casi imposibilitado para realizar cualquier movimiento. El pobre se refugiaba debajo del remolque para protegerse del sol y de la lluvia, y de ese modo se mantuvo durante el tiempo que duró esa tortura.
Sus ojitos de terror le rompían el corazón a cualquiera.
“La situación del perrito conmovió mucho a Tony, quien decidió llevárselo a casa, ya que en el refugio no había más espacio para él.
Estaba muy asustado. Había un olor a amoníaco. No podía moverse, era totalmente abrumador”, dijo Tony.
“Pese al invento que esparció la persona que lo dejó atado, este perrito no tenía nada que fuese contagioso, salvo su dulce encanto. Duke resultó ser bastante amistoso, aunque los primeros días se mantuvo muy temeroso ante la presencia de las personas.
Él estaba bien cuando me acerqué a él al principio. Pero se podía ver el miedo en su forma de moverse y la forma en que se apartó de mí en las primeras semanas”, relató Tony.
Aunque huía de Tony, Duke compaginó de inmediato con su esposa, Diane. La mujer fue fundamental en el proceso de adaptación del perrito, especialmente durante el tiempo en el que debió someterse a diferentes tratamientos médicos.
El daño que le habían hecho a este perrito iba más allá de lo emocional.
“Las patas de Duke estaban lesionadas y la cadena alrededor de su garganta lo había hecho enfermar, además de que el perrito estaba bastante delgado y débil.
Fue un verdadero shock cuando el veterinario dijo que esto era un trauma en sus patas. Obviamente estaban rotas. Sus patas se hicieron añicos. Los ligamentos de los pies eran inexistentes. Los huesos estaban simplemente flotando en sus patas”, dijo Tony.
Tras un par de cirugías y cambios de férula, el perrito logró recuperarse. Los cuidados de Tony y Diane le ayudaron a recuperar sus ánimos y energía, así que después de un tiempo bajo sus cuidados estuvo listo para ser adoptado.
Duke merecía ir a una casita definitiva.
La misma organización se encargó de gestionar la búsqueda de un verdadero hogar para el perrito y una mujer en Inglaterra fue la afortunada de adoptarlo.
Aunque para Diane y Tony la despedida fue entre lágrimas, saben que Duke vive ahora con Diana Romaine, una mamá humana que lo ama y lo respeta.
Tras ese duro episodio en su vida, el can halló el amor y trato que siempre mereció tener. Todo esto gracias a la llamada del vecino que decidió pedir ayuda y a los voluntarios de la organización que lo rescató. Como el caso de Duke, Rudozem Street Dog Rescue les ha dado un final feliz a más de 1.000 peludos, y desde Zoorprendente nos alegramos inmensamente por eso.
Dos años después el perrito que catalogaron como ‘intocable’ no deja de darle amor a su familia. Sin duda, la adopción y dar segundas oportunidades será la mejor satisfacción.