Un equipo de rescate en Nueva Zelanda pasó más de 4 horas excavando un caballo que se había desplomado en un desagüe de 2 metros de profundidad lleno de lodo espeso. El purasangre de 8 años apenas podía mantener la cabeza a flote cuando el Equipo de Respuesta a Emergencias Veterinarias de la Universidad Massey llegó al lugar cerca de Levin. Una puerta se había dejado abierta, lo que permitió que el caballo entrara en el potrero y cayera en la zanja.
El caballo se había hundido profundamente en el agujero al escabullirse y quedó atrapado entre montones de tierra. Se utilizó una excavadora de 12 toneladas para retirar la tierra que lo rodeaba, y se colocó una tabla bajo su cabeza para mantenerlo elevado. Esto le permitió respirar mejor una vez que se le retiró la tierra del pecho y el abdomen.
Un veterinario sedó al caballo para poder sacarlo verticalmente del desagüe con la excavadora. Un equipo de al menos 11 personas lo colocó sobre una tabla grande desde el agujero hasta otro potrero, donde pronto se le vio de pie. El equipo de rescate y los dueños del caballo se sintieron aliviados y encantados de ver que el caballo había sido extraído sano y salvo.
El artículo describe el esfuerzo de rescate, que implicó maquinaria pesada y un equipo colaborativo, para rescatar al caballo, que se encontraba atrapado en lo profundo del desagüe fangoso. A pesar de la dificultad de la situación, el equipo logró salvarlo.